Las berenjenas chinas se lavan y se parten en rodajas de 1-1,5 centímetros de grosor. Se pasan por el vapor hasta que se reblandezcan (que no estén del todo blandas), y se reservan.
En una sartén amplia, se pone aceite de oliva, un picado de jengibre y ajo (proporción de 1:1), un poco de guindilla, fresca o seca, o chile en polvo, y se rehoga a fuego medio. Se pueden añadir aquí otras especias al gusto: pimienta, mezcla de cinco especias chinas, semillas de sésamo o aceite de sésamo, etc.
Se añaden a la sartén brotes de soja fresca y se rehogan sin dejar que se venzan demasiado. Aquí se puede añadir un poco de soja oscura.
Finalmente se añaden las berenjenas y antes de retirarlas del fuego se espolvorea por encima un picado de cebolla fresca.
Un plato realmente interesante!
El jengibre tiene que darle un matiz buenísimo.